Berlín es una metrópolis en constante movimiento. La gente (predominantemente joven) va y viene, a veces por poco tiempo, a veces para siempre. Los viejos restaurantes y pubs se ven cada vez más desplazados por el zeitgeist eternamente rejuvenecedor de la capital de tiendas pop-up minimalistas y chic. Puede que su esperanza de vida sea corta, pero eso no importa, porque mañana aparecerá el próximo «flash in the pan». El restaurante más antiguo de Berlín es un monumento silencioso a la transformación constante y quizá demasiado forzada. Lleva abierto más de 400 años, aunque al principio con otro nombre. Seguimos los pasos del original berlinés.
El restaurante más antiguo de Berlín lleva abierto desde 1621
Primero algunos datos curiosos: Es más antiguo que casi todos los monumentos históricos de Berlín. Tiene más de 150 años que la Puerta de Brandemburgo y más que las iglesias francesa y alemana de Gendarmenmarkt. Cuando Moses Mendelssohn llegó a Berlín en 1743, ya llevaba más de un siglo en uso. Era más antiguo que el Reino de Prusia y lo sobrevivió.
Se trata del restaurante Die Letzte Instanz , situado en el centro de Berlín, cerca de la calle Klosterstraße. La sencilla casa data del siglo XIII y se construyó contra la muralla medieval de la ciudad. Por ello, la pared trasera del restaurante es una pieza histórica de Berlín. Fundado originalmente en 1621 como fábrica de ginebra -el «salón Biedermeier»- por un antiguo criado a caballo de Georg Wilhelm I, recibió su nombre actual en 1924, cuando el juzgado de distrito de Berlín abrió sus puertas a la vuelta de la esquina.
A pesar de los graves daños sufridos durante la Segunda Guerra Mundial, muchos de los interiores y muebles originales sobrevivieron a la contienda. La fachada se restauró a fondo y el restaurante reabrió sus puertas en 1963. El interior refleja la (supuesta) visita de Napoleón Bonaparte en el siglo XIX, con paneles de madera oscura, paneles publicitarios antiguos y una estufa de azulejos de más de 200 años. Una escalera de caracol barroca de hierro verde serpentea elegantemente entre los dos comedores. En resumen, el restaurante más antiguo de Berlín sigue teniendo un aspecto estupendo.
El menú ofrece principalmente platos tradicionales alemanes con un toque moderno y precios justos de Mitte. Cuando hace buen tiempo, también hay una cervecería al aire libre en el patio, donde podrá ponerse cómodo. En resumen, una recomendación para todo aquel que quiera considerarse un auténtico berlinés.